El Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático presentado el jueves confirmó que la temperatura del planeta aumentará entre 1,8 y 4 grados centígrados hasta finales de siglo XXI
y que es alta la probabilidad de que dicho calentamiento se deba a la actividad humana, específicamente la industrial, y no a otros factores.
Según los análisis, la temperatura terrestre va a aumentar en 0,2 grados por decenio, debido al efecto invernadero y ya no se podrá evitar que el incremento siga a un ritmo de 0,1 grado por decenio.
Los efectos son claros: elevación del nivel del mar, altas olas de calor, desborde de aguas un clima impredecible.
¿Alarmismo científico, exageración ecologista?
No, porque según estudios comparativos, desde que existen registros climáticos fiables desde el siglo XIX, once de los doce años más calurosos se registraron desde 1995.
Lo más importante del Informe, es que estas alteraciones se deben esencialmente a las actividades iniciadas desde la Era industrial, que han generado emisiones de dióxido de carbono (CO2), cuya concentración en la atmósfera llegó a 379 partículas por millón en el 2005.
Si bien el informe no lo dice -por ser hecho por miembros de países desarrollados- los mayores culpables y causantes del daño y eventual desastre son los países del llamado primer mundo, los países industrializados, el Norte desarrollado y en menor medida los países del Asia Pacífico y China. Son estos, quienes han instaurado sin control sus capitales, industrias y empresas en lugares faltos de fiscalización y control en cuanto a la contaminación, las emisiones y el daño medioambiental, usando combustibles fósiles a destajo, abaratando costos y pagando esos intangibles e inútiles derechos por contaminación.
No son culpables en gran medida ni Africa, ni Latinoamérica, pues estos continentes sólo han servido como plataforma para el desarrollo y crecimiento de las industrias contaminantes. Su culpabilidad radica en permitir que los países industrializados destruyan sus medioambientes y sus entornos.
Los países desarrollados, pero sobre todos sus grandes industriales, no han asumido su culpa y responsabilidad en cuanto al daño ecológico global que han ido generando en pro de su desarrollo, en pro de sus capitales. Quizás ya es tiempo de hacerlo.
Pero, no quieren hacerlo...
Porque hay empresas transnacionales que definitivamente no tienen responsabilidad social, como por ejemplo, Exxon Mobil, que ha ofrecido 10.000 dólares a algunos científicos y economistas, con el propósito de deslegitimar el informe del Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático.
Así, El American Enterprise Institute (AEI), financiado por esta empresa, recibió más de 1.6 millones de dólares para dichos fines.
Así, El American Enterprise Institute (AEI), financiado por esta empresa, recibió más de 1.6 millones de dólares para dichos fines.
