Foto: Sebastián Troncoso
La ciudad a veces es asquerosa, muchas veces, y cada día el progreso salvaje la hace más metálica, más de concreto, sin árboles, sin pasto, sin vida. Parece un horno donde el cemento quema todo, ni los ojos pueden alzarse bien, debes mirar de reojo, con desconfianza.
El desorden de la ciudad cercena nuestras esperanzas, nuestra humanidad. ¿Hace cuánto no miras el cielo?
La periferia es reflejo de la desigualdad, tenemos más de una ciudad en una sola que llaman Santiago...no hay bosques, no hay nada...solo pancartas, muros, la suciedad de la sociedad, nada más. Los hoyos de las calles suman 16 millones de engañados.
Como ansío el sur del país, el verde eterno en el horizonte, con el cielo azul rodeado de nubes como algodones, la lluvia imprevista...el pasto gratuito, sin costo de mantención.
La visita de Pearl Jam reavivo un espiritu que estaba adormecido en mí, el de la valoración de la simplicidad, de la naturaleza, el rechazo al progreso salvaje, está bien la tecnología, pero no olvidemos que somos de carne y hueso.
La ciudad a veces es asquerosa, muchas veces, y cada día el progreso salvaje la hace más metálica, más de concreto, sin árboles, sin pasto, sin vida. Parece un horno donde el cemento quema todo, ni los ojos pueden alzarse bien, debes mirar de reojo, con desconfianza.
El desorden de la ciudad cercena nuestras esperanzas, nuestra humanidad. ¿Hace cuánto no miras el cielo?
La periferia es reflejo de la desigualdad, tenemos más de una ciudad en una sola que llaman Santiago...no hay bosques, no hay nada...solo pancartas, muros, la suciedad de la sociedad, nada más. Los hoyos de las calles suman 16 millones de engañados.
Como ansío el sur del país, el verde eterno en el horizonte, con el cielo azul rodeado de nubes como algodones, la lluvia imprevista...el pasto gratuito, sin costo de mantención.
La visita de Pearl Jam reavivo un espiritu que estaba adormecido en mí, el de la valoración de la simplicidad, de la naturaleza, el rechazo al progreso salvaje, está bien la tecnología, pero no olvidemos que somos de carne y hueso.
Hace un tiempo leí un artículo sobre el discurso antiurbano de Pearl Jam, reflexionando después de escuchar una y otra vez las canciones, sintiendo el calor abrazador, creo que hay mucho de razón en las letras de la banda, mucho de lo que uno piensa a diario...
La naturaleza es la salvación, por eso ansío el sur, aún natural, libre de la prostitución del progreso salvaje, del aniquilamiento de la esencia..."...the elements they speak to me whispering that life, existed long before greed and balancing the world on its knee" "Los elementos hablan susurrándome que la vida es anterior a la codicia balanceando el mundo en sus rodillas" (Pearl Jam, 1/2 Full).
En Santiago parece que sólo la naturaleza puede salvarnos cada año de morir asfixiados, no es el Gobierno ni sus medidas, no es dios, sólo la lluvia..."Oh, por favor, haz que llueva hoy,
esta ciudad está tan sucia, como mi mente" (Pearl Jam, Wash).
esta ciudad está tan sucia, como mi mente" (Pearl Jam, Wash).
No olvidemos que somos de carne y hueso, por favor.