Monday, November 28, 2005

Pearl Jam en Chile... y algunas reflexiones a partir de escuchar música bajo la lluvia

Foto: Sebastián Troncoso
La ciudad a veces es asquerosa, muchas veces, y cada día el progreso salvaje la hace más metálica, más de concreto, sin árboles, sin pasto, sin vida. Parece un horno donde el cemento quema todo, ni los ojos pueden alzarse bien, debes mirar de reojo, con desconfianza.
El desorden de la ciudad cercena nuestras esperanzas, nuestra humanidad. ¿Hace cuánto no miras el cielo?
La periferia es reflejo de la desigualdad, tenemos más de una ciudad en una sola que llaman Santiago...no hay bosques, no hay nada...solo pancartas, muros, la suciedad de la sociedad, nada más. Los hoyos de las calles suman 16 millones de engañados.
Como ansío el sur del país, el verde eterno en el horizonte, con el cielo azul rodeado de nubes como algodones, la lluvia imprevista...el pasto gratuito, sin costo de mantención.
La visita de Pearl Jam reavivo un espiritu que estaba adormecido en mí, el de la valoración de la simplicidad, de la naturaleza, el rechazo al progreso salvaje, está bien la tecnología, pero no olvidemos que somos de carne y hueso.
Hace un tiempo leí un artículo sobre el discurso antiurbano de Pearl Jam, reflexionando después de escuchar una y otra vez las canciones, sintiendo el calor abrazador, creo que hay mucho de razón en las letras de la banda, mucho de lo que uno piensa a diario...
La naturaleza es la salvación, por eso ansío el sur, aún natural, libre de la prostitución del progreso salvaje, del aniquilamiento de la esencia..."...the elements they speak to me whispering that life, existed long before greed and balancing the world on its knee" "Los elementos hablan susurrándome que la vida es anterior a la codicia balanceando el mundo en sus rodillas" (Pearl Jam, 1/2 Full).
En Santiago parece que sólo la naturaleza puede salvarnos cada año de morir asfixiados, no es el Gobierno ni sus medidas, no es dios, sólo la lluvia..."Oh, por favor, haz que llueva hoy,
esta ciudad está tan sucia, como mi mente" (Pearl Jam, Wash).
No olvidemos que somos de carne y hueso, por favor.

3 comments:

Anonymous said...

La verdad es lo que nos hace humanos es misterioso, y debido a esto, quizás, es que se nos olvida día a día que somos de "carne y hueso" como dices tú. Me conmovió eso de ponerse nuevamente a respirar bajo la lluvia, escuchando la música de Pearl Jam. Es muy fuerte lo que logran las Artes en los seres humanos... nos conducen hacia viajes inimaginados de ideas y sensaciones. Pero ahora mismo, me pregunto ¿Es realmente humano entendernos a través de un espacio que es virtual y no es "real"? ¿Por qué nos acomoda y nos gusta taaanto internet? En fin... a mí me encanta, pero más me gustan las lluvias, lo árboles, y las nubes.

Rose

JoviMS said...

Simplemente la esencia de la naturaleza es lo único q nos queda, q fuerte es pensar q algo tan sencillo como un grupo de musica como pearl jam genera tal cantidad de emociones y sensaciones q nos hacen pensar en lo mundano y tecnologico de nuestro mundo actual yo no vivo en stgo pero cada vez q voy para allá me queda esa sensación de vacío , dela inpersonalidad del cemento y las multitudes anónimas , vi q eras periodista ojalá escribas mas de estos pensamientos me gustó mucho si quiere contactarme mi nombre es johanna mi mail jomuse@hotmail.com adios.

Muy Matrera said...

Recuerdo mis tiempos de adolescente colérica, años 93 a 95, cuando estaba en el liceo y escuchábamos toda la onda grunge (concepto inventado para referirse a una tendencia, en términos comerciales) Aún me estremesco cuando vienen esas imágenes a mi cabeza, bueno las imágenes acompañadas de sonidos. Shaskasis en vivo... en alguna tocata de Renca City, y yo cantando algo de Pearl Jam, Nirvana o mis favoritos Alice in Chains.
Tus reflexiones son tan válidas como las mías... las tuyas más sociales y coyunturales, las mías en cambio más personales (o egoístas como queramos llamarles), pero independiente de las unas o de las otras... hay un elemento común: la nostalgia.
Pena por mí, si recuerdo este pasado diciembre, pues mi segundo embarazo fue complicado, en diciembre tenía 7 meses y me quedé con las ganas de ver a Pearl Jam y recordar en forma más tangible mis años hermosos... y dicho sea de paso, tampoco pude ir a ver a Dream Theater.
Somos de carne, hueso y ensoñaciones... y pude revivirlo y comprobarlo con el estremecimiento repentino que llegó a mis neuronas el solo hecho de ver el afiche publicitario, me sentí como aquella muchacha de 17.