Si no hay derecho, por qué debemos tener respeto

No hay derecho para muchos, me incluyo
El juego rebuscado y retórico de la ley nos quiere hacer tontos, imbéciles, dóciles.
Las cantinfladas de la legalidad y sus subterfugios putrefactos, llenos de mierda entre los recovecos, parecen aflorar a cada instante...no hay derecho para varios.
El resquicio favorece el abuso, las indeterminaciones y la falta de claridad y la contradicción, afirmadas en contratos rebuscados o simplones, todo un revoltijo de conceptos.
Si te das cuenta, eres peligroso, algunos que te estiman, te recomiendan callar, aceptar la realidad.
Hundirte en las sombras del silencio conformista en la que ya varios se han ocultado, para no salir jamás.
Tu espíritu te dice que pelees, que los agarres del cuello y si puedes se los rompas, en varios fragmentos, y con estos la ley.
A quebrantar la ley que nos oprime, que justifica nuestra subyugación, la miseria de no tener el derecho que tanto publicitan los políticos, los gobernantes, los poderosos.
Sólo por ser subcontratados, a contrata, a honorarios, el concepto se estira como elástico y se acomoda para el peor explotador, el Estado o los privados, da igual.
De independientes y emprendedores nada, no tenemos derecho, porque somos esclavos. Muchos subcontratados que no tienen derecho a nada, ni siquiera a morir.
Ni siquiera a estar con la nueva vida que ilumina sus vidas, ni para despedirse de aquellos que les acompañaron en la existencia. A quemar camiones y más camiones, da lo mismo de quién sean. En el norte, en el sur, en la Cordillera o más allá de ella. Da igual.
El derecho nuestro ya fue arrebatado hace tiempo, con pluma y papel, con timbre legal y en sobres sellados. Las manos con oro se frotan de alegría...
Hagan que seamos más y entonces sentirán la fuerza dormida...
Certero enfurecido...