Los poemas que te debo

La pluma de algunos se detuvo hace años.
Mi lápiz aún sigue vivo esperando su tiempo como el Fénix.
Me miras con ojos dulces, como bocados, y una pequeña lágrima corre como una cobranza hacia mis oídos. Te debo un poema.
Te debo diez, veinte, los que sean, pero te debo poemas...
Pequeños y extensos, complejos o sencillos, te los debo todos, porque tuyos son incluso los aún no escritos...
Si dejó de escribirte, seré mi propio juez y verdugo, y me asilaré en alguna habitación roñosa para redactarte un libro de mil páginas, con una sola palabra final...te amo.
Pero debes tener claro, que aunque me encierren con millones de libros de poesía por cien años, no podría sacar ninguna idea si tu voz no me las pidiera.
Porque tú eres mi pluma, mi aeroplano, mi poema viviente, mi inspiración brillante.
Ojos de mar mezclado con el cielo, tu cuerpo es la caja fuerte de poemas no pensados, ya escritos y olvidados...
Te debo un poema, convertido en cientos, más allá de la carne, del alma, del tiempo, más allá de mis huesos, recuerda que mi deuda siempre es contigo...
Queltehue

Con todo amor para tí Paola.