Thursday, February 07, 2008

No crea en Nadie

Contra los miembros del campo académico, intelectual, cultural y profesional: jurídico, médico, periodístico, económico y técnico.

La percepción –auto percepción- más bien mítica de algunos campos de actividad como espacios aristocráticos, puros, inmaculados, neutrales, elevados moral e intelectualmente y libres de los vicios mundanos, es apreciable en ciertas áreas y actividades.

Al igual que el campo académico y científico, cuya ley de hierro inhibe el desarrollo de conocimiento nuevo y el aporte e ingreso de agentes fuera del habitus dominante, campos como el jurídico, el médico, el periodístico y el económico, también aplican dicha lógica de diversas maneras, en cuanto al acceso de nuevos sujetos al campo mismo; al control del capital común y en relación a la hegemonía de los paradigmas o discursos dominantes.

Lo común a todos estos ámbitos, radica en que la mayor parte de los miembros de estos campos pretenden concebir toda la realidad social bajo sus paradigmas dominantes, donde ellos se suponen como sujetos centrales de los mismos, además de máximos depositarios y únicos defensores de lo justo, racional, legal y ético a nivel social.

Los dominantes de cada uno de estos campos suponen –en una clara lógica aristocrática y mítica- que todos y cada uno de sus miembros son de la más elevada moral, y que en conjunto conforman una elite superior al resto.

Aunque se pueda considerar esta constatación exagerada, esta percepción es habitualmente aplicada -por los sujetos- a diversos ámbitos de actividad como las religiones, lo militar y policial, donde generalmente se tiende a atribuir a una totalidad simbólica -los miembros en su conjunto- atributos que más bien son individuales.

Lo anterior, aún cuando nadie se pondría discutir que ni todos los religiosos son buenos y de elevada moral, ni todos los policías son incorruptibles, ni tampoco todos los soldados actúan siempre con honor.

Lo mismo ocurre en el campo académico y profesional jurídico, médico, periodístico, económico y técnico, cuyas elites se constituyen y controlan el campo, no a través de aspectos técnicos o científicos, sino a través del despliegue de instrumentos simbólicos y subjetivos de control.
Estos elementos se constituyen a través de 3 formas de acción, como prácticas y a la vez filtro:

- En relación al ingreso de actores a los grupos o áreas dominantes del campo.

- En relación al control del capital simbólico del campo como medio de propaganda y exacerbación del mismo en el exterior.

- En cuanto al dominio de ciertos discursos por sobre otros dentro del campo mismo, con el fin de controlar las disidencias.

En cuanto a los modos de filtro –discriminación/exclusión- la mayoría se constituye a partir de los dominantes del campo, y se definen en base al capital social adquirido por sus miembros, ya sea éste de orden familiar, educacional o económico.

Así, los filtros de ingreso más usados e identificables son, el colegio o la universidad de procedencia, los apellidos y el lugar de residencia, los cuales bajo ningún punto de vista son criterios técnicos o epistemológicamente positivos para determinar quién puede o no puede ingresar al campo, y son más bien instrumentos de exclusión, cuyo único fin es fortalecer la ley de hierro de las elites dominantes.

Basta analizar los avisos de empleo para constatar como éste tipo de prácticas se constituye y naturaliza a base de subjetividades tan grotescas y ambiguas como el concepto de buena presencia.

En cuanto al control del capital simbólico del campo, se refiere a cómo los dominantes del campo, y en general todos sus miembros, utilizan determinados elementos simbólicos propios del habitus del campo, como modo de legitimación y dominio frente a otros sujetos fuera de éste o pertenecientes a otros campos.

El uso de aspectos simbólicos referentes al campo es habitual sobre todo en debates y propagandas políticas, en discusiones académicas y en artículos de prensa, donde éstos son usados como instrumento de apropiación de cualidades atribuidas al campo como una totalidad. Así por ejemplo, candidatos, de profesión médica, salen en sus afiches y spot con delantales blancos y estetoscopio, como si el ser médico garantizara una buena y transparente gestión pública.

Con respecto al uso, predominio e imposición de determinados discursos dentro del campo, los dominantes ejercen el control del poder dentro de éste, atomizando a los eventuales disidentes, a través de la aplicación sistemática de dichos discursos al modo de una ideología, que hegemoniza todos los ámbitos de acción dentro del campo, determinando roles, posiciones y legitimidades a cada sujeto.

Los grupos de poder dentro del campo, ejercen su influencia a todo nivel, impidiendo el acceso de sujetos -no acordes al habitus y el discurso dominante- a cargos de influencia, de alta exposición pública, a base de la deslegitimación de su posición dentro de éste, convirtiéndoles en actores no válidos dentro y fuera del campo.
No sea idiota, no crea en nadie...

2 comments:

Anonymous said...

Compañero; comparto la idea general del texto, quiero decir, su sentir. Sin embargo (e intuyo que escribes esto por alguna experiencia de último tiempo) este comportamiento de 'clase', de 'clase académica-intelectual', generalmente se comienza a intuir en los primeros años de estudios universitarios (por lo menos la academia argentina muestra su hilacha temprano...)

Tengo algunas preguntas en este sentido: ¿qué hacemos con la institución que nos ha dado las herramientas de educación formal pero que, a su vez, responde restricitivamente tanto en el ingreso a la institución y a la permanencia de las personas que por allí polulan?; ¿qué hacemos con el conocimiento que ha sido filtrado por esos hombres y mujeres y sus intereses?; por haber sido formados en este espacio (en mi caso, 22 de mis 27 años pueden contarse como parte de la educación formal) ¿cuánto nos parecemos a estos 'científicos' que claramente se apropian de la capacidad de dar sentido a las cosas?

Acabo de recordar un texto bastante interesante de Paul Feyerabend que aparece en su libro ¿Por qué no Platón?; "Tesis a favor del anarquismo" (el plantea un anarquismo epistemológico) -si no lo consigues y te interesa, te lo mando por mail-

Por cierto, gracias por ponernos a pensar y ... no te sientas tentado a obtener la aprobación de los manipuladores...

Un abrazo

Jorge A. Gómez Arismendi said...

Envíamelo por favor, ojalá esté en pdf.

En cuanto a lo que mencionas, creo que mi critica no apunta al conocimiento en sí, sino a su uso más bien intencionado...

Saludos fraternos.