Thursday, November 22, 2007

Un segundo

Ventanales crepúsculos se ciernen en la noche cautiva, petulante y hermosa.
Acaecidos los tiempos innecesarios para revelarse los pliegues suaves de un contorno sombrío, las estrellas se asoman como destellos de vida.
Mi ojo cabizbajo mira desde la línea del horizonte, buscando al Sol que desaparece como el ojo de un cíclope al dormir.
El hervidor eléctrico termina su tarea monótona y a lo lejos se escuchan sirenas cantando desenfrenadamente a la muerte.
La ciudad está hervida en su propio asfalto, derretido como los cerebros de algunos indecentes instruidos ignorantes.

Puse un pie en el anden y otro en el infinito, y esa dualidad me hace estar vivo, alerta, atento a mis circunstancias. ¿Cuán lejos llegan los sueños despiertos?
Un salto al infinito, puede ser confundido con suicidio, con locura, nadie lo sabe, sólo el que pasa esa frontera.
Un viejo tren agoniza por la artritis de sus rieles, y otros por sus pesares terrenales.

Perdido en la montaña se puede ver más cerca el alma.

No comments: