He sido testigo de algo muy extraño y contradictorio; cuicos que se creen negros o chicanos, hijos de papá, que se creen del ghetto, pero que no lo son, no lo serán.
La mayoría escucha música negra de los barrios pobres estadounidenses, hip hop o rap y se visten como ellos -bueno ahora eso no es tan así, la mayoría de los raperos exitosos rápidamente abandonan sus barrios de procedencia y disfrutan del showbusiness y sus beneficios y se olvidan de la critica social-.
Tupac hablaba de la violencia callejera, de las pandillas, el robo de autos, el sexo y todo eso. Tupac habría sido considerado un flaite acá en Chile. Bueno, estos "niños bien" se creen Tupac, y no Mc Hammer, el niño bueno del rap, que cantaba de la amistad y de Dios.
Sin embargo, a pesar de creerse Notorius Big o Tupac, no escuchan hip-hop nacional, chileno, porque según ellos: "hablan puras huevadas...que la pistola, que el gobierno etc." Extrañamente, las temáticas tratadas por nuestros cantantes chilenos tienden a ser las mismas que plantean los hiphoperos estadounidenses, la vida de sus barrios, la falta de oportunidades, la discriminación, la violencia. La crítica social tan necesaria y valiosa y muchas veces muy bien hecha a través del hip-hop.
He ahí la contradicción. A los "cuicos hip-hop", estos falsos hip-hoperos, no les gusta el hip-hop nacional porque sus letras, de alguna u otra forma, apuntan sus dardos hacía ellos, que se saben al otro lado de la trinchera, en el lado de los beneficiados de un sistema de injusticias y discriminación altísimo, que ellos, aunque se crean del ghetto y se vistan como tales, no pretenden cambiar, y no lo van a cambiar.
Lo único del ghetto que tienen son sus ropajes, imitaciones compradas en alguna tienda de ropa cara, con la tarjeta de crédito de sus padres.
Sería bueno que conocieran a verdaderos hip-hoperos de los ghettos chilenos, de los barrios populares, para conocer algunas realidades a través de las rimas.