Tuesday, May 16, 2006

Con el cañon en la sien XX

Francisco Goya, El sueño de la razón produce monstruos
¿Realmente conocemos los caprichos del espacio y el tiempo? Conocemos el punto de partida de nuestras vidas, sabemos que hay un final, pero ¿Sabemos cuáles son las pausas de nuestra existencia? ¿Es ésta lineal realmente?
La existencia es como un árbol, con múltiples ramas, algunas fracturadas, otras que han vuelto a nacer, hay ramas que caen de viejas y otras que no alcances a dejar de ser brotes y no aguantan el primer temporal de su cortas existencias.
Aquel rostro aún conservaba las facciones armónicas, que alguna vez vi en sueños y aquella fría noche en la periferia de la ciudad, cuando la sentencie a muerte sin saber por qué.
Como una especie de avalancha de nieve, los recuerdos comenzaron a llegar a mi cabeza, que ahora estaba a punto de estallar con crecientes dolores. El nombre de aquella mujer era Rosario, había sido una vieja amiga con la habiamos creado un mundo de fantasía, donde eramos asaltantes de bancos, una especie de Robin Hoods modernos. Ese mundo luego se convirtió en realidad cuando la fantasía alcanzó sus limites inmensos y se nos hizo pequeña.
Entonces dejamos salir el absoluto, el pensamiento, hacía la carne, hacía lo que algunos llaman, lo concreto, lo real. Y ahí todo fue más extraño que la fantasía, más inesperado, más fantasioso aún. La mente humana está atrapada en las cabezas, para no destruir el mundo...
Habíamos hecho muchos robos, con algunos otros que nos seguían. Yo siempre borracho en ron, la escritura ya no me llenaba, sólo quería lo real...Pero una vez todo resulto mal. Asaltamos un banco, pero tuvimos que matar al guardia -lo habíamos pensado muchas veces-, y la bolsa con dinero se empapó de sangre, nos siguieron los policias algunas cuadras, pero nos separamos...alguien nos había traicionado. ¿Quién? No lo sabíamos. Sólo sé que decidimos no vernos en varias semanas y aislarnos del mundo.
Rosario me hizo llegar una nota una tarde a través de mi vecina -la que tanto odiaba- quien me sonrío y me dijo: Nadie te va a delatar acá, todos te estimamos Miguel. La nota decía: "Atento, oculta todo, a ti mismo, peligro inminente...los médicos nos buscan, el experimento se hizo público, huye". Esa misma tarde, llegaron los otros con sus delantales blancos, y me dijeron, "lleva el dinero a las afueras de la ciudad, hubo evento inesperado, que debemos eliminar de archivo..." .
Rosario quería salvarme y terminé por matarla. Parado frente a su cuerpo inerte, me sentía en el vacío. Tomé la manguera con que lavaban los cuerpos y moje todo el piso, luego me acerque al enchufe que mantenía encendida una de las pequeñas lámparas que apuntaban al piso. La tomé y la arroje al piso.
A las 6: 07, el hospital quedó a oscuras. Una fuerte descarga eléctrica había apagado todas las luces, todas...
Fin

1 comment:

Raphaela said...

Inesperado...
Aveces hay que escuchar al alma, y evidenciar el rostro...
La vida nos tienta en las veredas de mármol...
Recuerdos... el inconciente, el subconciente...
La angustia viene con su encanto...
Sabía que los condenados a muerte irremediablente morirían y Harry no sería la excepción en la lista, después de todo era una locura y su memoria tenía ya junto a su alma bastantes fisuras y recordar los instantes suicidas, era fracción de segundos...
No por nada Armanda dejó la frase para tu bitácora
"El sueño de la razón produce mounstruos"
A las 6: 07, el hospital quedó a oscuras. Una fuerte descarga eléctrica había apagado todas las luces, todas...
Incluso las de su alma...